El nuevo tiroteo en EEUU que deja 27
muertos vuelve a poner sobre la mesa un grave problema de fondo en la
sociedad americana, y en general en todas las sociedades.
Como siempre, se plantean soluciones
materiales, como se corresponde en una sociedad científica-material, por
oposición a filosófica-espiritual (en el sentido profundo de la
palabra). El debate de la posesión de armas en EEUU es una vez más un
debate falso, que sólo aflora superficialmente el problema. Es un
parche, una forma de mirar la realidad que se refleja en la pared de la
caverna platoniana, en vez de mirarla de frente.
Es una de mis ideas centrales y
recurrentes: hablamos de política, de sistemas, de ideas, de
instituciones, porque queremos arreglar el mundo “sin mojarnos”,
cogiendo un atajo (sin querer reconocer que no hay atajos para que
mejore el mundo). Las grandes religiones y filosofías en la historia de
la humanidad coinciden en un punto: el objetivo debe ser mejorarse a sí
mismo, cambiarse a sí mismo. No hablan de política ni de sistemas, es
decir, no hablan de grupos humanos ó sociedades, sino de individuos,
porque la esencia de las sociedades son los individuos.
Con buenas personas, cualquier sistema funcionaría bien,
ya sea comunista ó capitalista. De hecho, con buenas personas, no haría
falta policía ni ejército, ni ministerio de justicia, ni hacienda, etc.
Cuanto mayor sea el porcentaje de malas personas, peor funcionará un
sistema, e insisto: esto es válido sea cual sea ese sistema. No importa
que sea comunista ó fascista. La creciente población carceral que hay en
EEUU, y en Europa (que sigue los pasos de EEUU en éste y en otros
muchos aspectos, como por ejemplo la obesidad), es un buen ejemplo. La creciente legislación
en todos los campos de la vida social también pone de manifiesto la
necesidad de regular comportamientos que no se regulan por sí mismos, es
decir, que los individuos no hacen “por las buenas”.
Llegamos al centro del razonamiento: la individualidad del SER HUMANO es la esencia de cualquier sociedad. Individuos de calidad, con valores y principios éticos elevados, formarán una sociedad de calidad.
Si los individuos que la forman tienen pocos valores y un
comportamiento poco ético, la sociedad (ó civilización) no puede ser
buena.
Volviendo a la práctica: los tiroteos en Europa ó en EEUU son reflejo de una sociedad enferma. Soy de los que piensan que todos somos subproductos de la sociedad:
cada uno de nosotros es el resultado de lo que hemos recibido a nivel
genético y sobre todo a nivel educacional y ambiental, en lo que a
comportamientos se refiere (que es de lo que estamos hablando). Supongo
que no se puede explicar todo, ni lo pretendo. Pero los tiroteos
crecientes y la violencia, son síntomas de algo más profundo.
Por supuesto, hay que tomar medidas. Son
medidas de urgencia, de apaga-fuegos, que se deben tomar a corto plazo
(algo muy típico en una sociedad orientada al corto plazo). El problema
es que no sólo no se toman medidas de otro tipo, sino que ni siquiera se habla de ello. Ese es el problema (y por eso escribo sobre ello). Nadie hace autocrítica. El nivel de debate es muy pobre y superficial.
No puedo evitar plantear que estos
“locos” son también víctimas. No sé de quién, si es que eso se puede
determinar. Este tipo de sucesos tan tristes y dramáticos son
recordatorios de algo que no funciona, que no va bien. Son el reflejo de
algo más grave y más profundo que perturba la base de una sociedad. Me
gustaría que se hablara más de ello y se tomaran más medidas de fondo,
de largo plazo. Pero no veo nada de eso, y lógicamente no puedo dejar de
ser pesimista.